PATRIMONIO INDUSTRIAL

100 ELEMENTOS DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL

Fábrica de harinas de Castuera

La harinera se ubica en un edificio de principios del siglo XIX. Las cuatro plantas de la harinera han sido acondicionadas como Museo del Turrón con una muestra de objetos relacionados con el proceso de elaboración del dulce navideño.

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Descripción

La cuenca minera de Val de Ariño es una de las tres grandes cuencas de minas de lignito localizadas en la provincia de Teruel junto a las de Utrillas Escucha y Gargallo Estercuel. Se sitúa en el flanco meridional de la Sierra de Arcos, en la actual comarca de Andorra Sierra de Arcos.

En su distribución localizamos cuatro plantas donde se hacen presentes los distintos elementos de la maquinaria original. Sus orígenes se vinculan a la Exposición Universal de Barcelona de 1929, por ser allí donde su primer titular la compró, completándose la misma con distintas piezas que serán adquiridas a partir de encargos a distintas fábricas para, de esta manera, completar la totalidad de la maquinaria que hoy podemos ver expuesta en el citado museo.

Vino a sustituir a sistemas preindustriales con los que se hacía la molienda así, con anterioridad a la misma, aquella se hacía con piedras movidas por norias de mula o bien con molinos de viento. Lo anterior es tanto más significativo, cuando situado en el contexto de una Extremadura de industrialización tardía, la harinera se erige en símbolo de la sociedad castuerana en cuanto reflejo de una sociedad emprendedora en lo económico, apostando desde fechas tempranas por la innovación tecnológica aplicada a los sistemas productivos.

En este sentido, si la harinera es el reflejo de una industrialización temprana en esta localidad extremeña, su exposición en la actualidad, en el Museo del Turrón, no hace sino insistir precisamente en la pujanza económica de una localidad históricamente ligada a la innovación con todo lo que ello implica y conlleva en términos de rentabilidad económica.

En la planta primera estaba el corazón de toda la maquinaria donde hallamos las poleas que movían los elevadores, los molinos, las cribas, así como un motor alemán de gasógeno gas pobre, el cual se producía en la caldera al calentar la leña.

Las albercas y tubos situados fuera del edificio dejaron de usarse cuando en los años 60 el motor original fue sustituido por otro eléctrico más moderno.

En la entreplanta y la planta segunda se limpiaba, trituraba y tamizaba el grano, clasificándose después la harina resultante. En la tercera también estaban los aspiradores para el polvo producido durante la fabricación. Hasta aquí llegaban los agricultores con su grano y varios operarios lo transportaban en carretilla hasta la primera planta y entonces comenzaba el trabajo. En la entreplanta se limpiaba el trigo de impurezas, los elevadores lo subían para ser tamizado en dos grandes cribadoras de tambor volviéndolo a bajar para continuar su limpieza para después humedecerlo y guardarlo antes de ser triturado. A partir de este momento, se mandaba el trigo a la segunda planta de los molinos austrohúngaros donde se trituraba el grano más fino que el anterior. Entre triturado y triturado el polvo del trigo era de nuevo elevado en un planchister o máquina de tamizar. El grano y su harina subían y bajaban y se trituraban y cribaban hasta cuatro veces antes de pasar por la máquina de clasificar de la tercera planta. Finalmente, los operarios pesaban la harina en una báscula y la envasaban en sacos de 70 kilogramos que enviaban al almacén.

Horarios

El Museo del Turrón de Castuera permanece cerrado temporalmente.